domingo, 27 de febrero de 2011

El noble arte de construir

De la necesidad de cobijo, tradición y de la constante búsqueda de la perfección se sentaron las bases del buen hacer de los constructores. No en vano hemos llegado donde estamos, con todo nuestro haber que incluye bueno y también malo.

De la necesidad primitiva de cobijo pasamos al idealismo sumergiéndonos en el anticonformismo de una sociedad en creciente expansión. Debido a este exceso de confianza en una realidad inventada tuvo que ser como fue de resultado una total apatía por las normas más elementales de la naturaleza.

No se trata de construir sino de dotar de espacio. No se trata de decorar sino de armonizar vivencias. Tampoco se trata de evaluar una estancia sino un todo.

Nos hemos esforzado muy a fondo en percibir el estilo basado en una construcción efímera dejando aparte hechos  notorios como la formación de los materiales más elementales como la piedra, la tierra o la madera.

El uso del plástico ha llenado todos los rincones de nuestro hogar fomentando la ilusión de obtener una vida más cómoda.

Una vez más, hemos de agradecer a un seguidor del blog importantes frases como “para que se produzca un cambio es importante desaprender”. 

Mucho hemos aprendido en el camino y hemos sabido que al final debemos volver al origen para saber si hemos andado bien o mal.

Quizás debiéramos reflexionar si reconstruimos nuestra casa con materiales manufacturados cargados de productos irritantes y cuya fabricación provoca la destrucción masiva de nuestro hábitat y el consumo total de recursos naturales que disponemos degradando los vitales.

No es tan descabellado, en un mundo genial, utilizar los materiales que nos brinda la naturaleza.

Hemos llegado a unos estándares irrefutables en cuanto a resistencia olvidando otros preceptos igualmente importantes como son la economía, el uso de recursos naturales y la armonización con el entorno. No me gusta hablar de sostenibilidad, pues esta palabra usada en exceso como valor propagandístico no refleja una situación real sino inventada.

Piedra, madera y tierra formaron un primer triangulo mágico para las personas que habitaron antes que nosotros. Ellos supieron llevar sus vidas de una forma tan ilustre como nosotros las nuestras sin necesidad de quemar e intoxicar todo el aire de que disponemos.

Podemos trabajar para la una construcción mas en sintonía con la naturaleza y el entorno que nos rodea. Podemos hacer mucho o podemos hacer poco, pero si podemos hacer “algo”, en vez de quedarnos quietos viendo como  las cosas no cambian por si solas.

Necesitamos retornar a los principios básicos del correcto habitar y así no perderemos de vista el noble arte de construir en este mundo que moramos y con el que tenemos una gran deuda pendiente.

Vamos a trabajar para conservar lo que disponemos. Vamos a reciclar lo reciclable, vamos a construir sólidamente utilizando piedra, cal, arena, tierra, paja, madera y mucho sentido común.

lunes, 21 de febrero de 2011

Hormigón armado


 
El hormigón es la palabra más fuerte de la construcción. Se llama al hormigón la mezcla hecha con arena, gravilla, cemento y agua.

Hay diferentes proporciones que varían según la demanda de resistencia, por ejemplo, para un forjado utilizaremos un hormigón rico en cemento portland y para un solado utilizaremos otra mezcla de proporción más pobre, esto es menos cemento.

Antes, cuando yo era más joven y estudiaba las resistencias de los materiales, llamábamos a los hormigones por su proporción. Por ejemplo, llamábamos a un hormigón rico a una proporción 1:2:4 ó 1:3:6, lo cual quiere decir en el primer caso una palada de cemento portland, dos paladas de arena y cuatro de gravilla. En el segundo caso tendríamos una palada de cemento, tres de arena y seis de gravilla.

Para un hormigón más pobre podríamos utilizar la proporción de 1:5:10 que ahora ya sabéis interpretar.

Todo esto ha cambiado y ya está en desuso las proporciones para hormigón en masa. Ahora se le denomina mas por la cantidad de cemento portland que contiene por metro cúbico; Hormigón 200, 250, etc.  

Además ahora se utilizan en planta otros aditivos según la zona geográfica en que se halle la construcción. Se utiliza mucho la denominación por ambiente I, ambiente II, etc. Esto es teniendo en cuenta la humedad relativa  la temperatura de la zona.

Como nosotros no queremos saber mucho acerca de tecnicismos  lo que más nos interesa es ir al grano.

El hormigón se utiliza muy mucho, es relativamente barato en relación a sus prestaciones.

En comparación a otros materiales es el que permanece más respetuoso con las subidas de precio.

Permanece prácticamente inalterable con el paso del tiempo, ofreciendo muy buenas cualidades constructivas.

Admite infinidad de diseños y formas.

Muy fácil de trabajar y moldear.

En combinación con el acero nos ofrece lo mejor de dos mundos. Hacen una pareja sublime y se complementan a la perfección.

El hormigón confiere al hierro un clima inalterable y el hierro confiere al hormigón más resistencia a la tracción, pues el hormigón trabaja muy bien a la compresión, pero mal a la tracción.

El hormigón es un material que se puede combinar bien con otros materiales más ecológicos admitiendo cualquier forma imaginable. Ya sabemos que el cemento no es ecológico, pero en lograr un equilibrio está la gran lucha de muchos arquitectos. A pesar de su mayor impacto ambiental, no podemos negar que el hormigón ha sido un gran avance para la construcción. Hay casas muy ecológicas las cuales tienen una estructura de hormigón que les confieren una resistencia y solidez imposible mediante la utilización de otros materiales.
Hay un factor tan importante como la mezcla en sí, el molde. El molde o normalmente llamado encofrado es la parte más crítica del trabajo.  Si el molde no está bien, el pastel no saldrá bien. Esto es lo mismo. En la medida  en que somos pulcros al realizar el encofrado, obtendremos los resultados.

Que no os importe dedicar a encofrar todo el tiempo necesario. Realmente se destina más tiempo a preparar correctamente las tierras y a preparar el encofrado que a rellenar de hormigón.

Si no sois pulcros al realizar el encofrado os pueden pasar principalmente dos cosas desastrosas; que el encofrado se os abra y el hormigón se escape a su libre albedrío y la segunda que el encofrado esté mal ejecutado y el resultado sea tan penoso que haya que picarlo posteriormente y volver a hacerlo.

Creedme si os digo que estas dos circunstancias se dan muy a menudo en este mundillo.

Pasos:

-       Preparación del terreno.
-       Encofrado.
-       Poner hierro.
-       Hormigonar.

Cuando vertáis el hormigón dentro del encofrado es conveniente “vibrar el hormigón”. Todos sabemos lo que es un vibrador, aunque sea de oído. Pues en el mundo de la construcción los hay y son de grandes dimensiones. Si no disponéis de vibrador os podéis ayudar de un palo o similar.

Con el palo removéis enérgicamente por el interior del encofrado y a medida que vertáis el hormigón. También podéis dar unos golpes por la parte exterior del encofrado. Pensad que la idea de vibrar es la de minimizar la formación de partes huecas en el interior del hormigón para que  sea lo más compacto posible.

Otro punto importante cuando amaseis hormigón es que no podéis abusar con el agua para darle plasticidad. Para que os hagáis una idea, es mejor ponerle una palada de cemento menos a la hormigonera que pasaros con el agua. También es importante amasarlo bien antes de verterlo.
Preparará una entrada para el tema de los encofrados, pues aunque sencillo en si, requiere, como os he dicho, mucha atención en su ejecución, además de unos conceptos básicos en carpintería.
Es un hermoso espectáculo cuando desencofras y compruebas que el resultado es lo que realmente se esperaba. A los que os guste la cocina, es comparable como cuando haces un pastel y desmoldas. Ahí está el resultado.

sábado, 19 de febrero de 2011

Vigas de madera

Las vigas de madera son bellas y por ello confieren belleza a las casas que las poseen. Para ue las vigas de madera ofrezcan todo su esplendor es necesario que estén en buen estado de salud y bien mantenidas.

Cuando compramos una casa antigua, vemos todo desde una perspectiva global y a veces no vemos la profundidad de las cosas.

De todos los materiales tradicionales con los cuales se ha construido desde siempre, creo que la madera es, por excelencia, la que requiere mucha más atención y dedicación.

A pesar de los requerimientos, y como norma general, no se proporciona a la madera el mantenimiento que necesita.

Con el paso del tiempo y por múltiples factores, la madera se degrada, perdiendo sus cualidades.

Mantener la madera no es difícil, pero si trabajoso. La madera contiene microorganismos que pueden degenerar en patologías graves. Es por ello que debemos mantenerla.

Hemos de comprobar el estado de las vigas de madera. Recordemos que las vigas aguantan nuestra casa, o sea, el suelo que nosotros y nuestra familia pisamos.

Comprobaremos si existe algún tipo de gusano, carcoma o similar. Aplicaremos un mata-carcomas adecuado. Posteriormente rellenaremos los agujeros producidos por los bichos y daremos una buena lijada a toda la superficie para comprobar grietas y otras irregularidades. 

Es necesario aplicar una protección antibacteriana  el barniz del color que deseemos. Tenemos que intentar de utilizar materiales que no sean nocivos con el medio ambiente. Intentad que sean materiales con base de agua.

Si las vigas de madera están muy, muy mal, hemos de pensar en su sustitución. 

Para la sustitución de una viga de madera tenemos que tomar buenas medidas entre paredes y luego sumarle la carga. La carga de una viga es el empotramiento que necesita en la pared para que cumpla su cometido.

En una viga de madera hemos de tener en cuenta un empotramiento de entre diez y quince centímetros por cada lado. Acordaos de este detalle cuando encarguéis el material.

Una vez que tengamos la viga en casa, se tiene que apuntalas la parte que esa viga aguanta. Poned un tablón en el techo junto a la viga a sustituir y por cada lado de esta. Los puntales cada 60 ó 70 cm, clavados para que no se muevan. Si el techo está en pendiente, tenéis que poner unas cuñas clavadas entre el puntal y el tablón del techo. Acostumbraos a clavar todo cuando apuntaléis. A veces se mueve un puntal y este cae golpeando lo que encuentra a su paso.

Cuando estéis seguros que está bien apuntalado es el momento de descarnar la viga a sustituir en sus apoyos librándola de su anclaje. Recordar que debéis picar más en un lado para poder sacar la viga antigua y colocar la nueva.

Es muy importante en estos trabajos la preparación y el uso de nuestra coherencia, pues ahorraremos esfuerzos si el trabajo se asume con pulcritud. Pensad que vamos a trabajar con mucho peso y nuestra seguridad es lo primero. 

Normalmente cuesta mucho más sacar la viga antigua que colocar la nueva. Pensad siempre que para sacar la viga antigua, esta tiene que salir hacia abajo. Ayudaos de poleas y cabos, si conviene, para desmultiplicar esfuerzos.

Para colocar la nueva debéis limpiar los agujeros e introducir la longitud de los dos empotramientos en un agujero solo para posteriormente correr la viga hacia el lado contrario la longitud necesaria para repartir el total empotramiento entre los dos agujeros. Es más complicado de explicar que de realizar.

Una vez la viga en su lugar, nos ayudaremos de dos puntales, uno en cada lado, para subirla a tope con el techo y dejar apretada al mismo. Cuando hayamos hecho, calzaremos la nueva viga y será el momento de rellenar el agujero con mortero y calzas de barro o piedra, asegurándonos que todo queda bien macizo y sin poros u holguras.

Felicidades, habéis hecho uno de los trabajos más delicados en la reconstrucción de una casa antigua. Quien necesite más detalle puede pedírmelo e intentaré aclararle dudas. Sé que es difícil explicar y entender con palabras lo que con una mirada de aprende en un momento.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Muros de carga


 Los muros de carga son el apoyo de los elementos estructurales de los forjados. Los forjados pueden estar constituidos por las vigas y las bovedillas. Pienso que todo el mundo sabe que es un viga, pero para los que no lo sepan, que  se preocupen, tampoco no es nada malo no saberlo, simplemente es desconocimiento.

Las vigas son esas piezas largas que están en el techo, sobre nuestras cabezas y que a veces vemos de color gris, otras marrón. De hecho, la viga soporta todo el peso del pavimento sobre el cual nos encontramos. Es un elemento estructural muy importante que va recibiendo la carga de las bovedillas o las tablas del pavimento.

Una bovedilla es una pieza de barro cocido que va insertada en su anchura entre viga i viga mediante unas acanaladuras moldeadas para este propósito. Hay bovedillas de muchas maneras y alturas, de barro y de hormigón.

En muchas casas, en vez de haber bovedillas se utilizan mahones y machiembrados, con lo cual tres cuartas partes de la viga quedan visibles.

Los mahones y machiembrados van apoyados encima de la propia viga.
Las vigas pueden ser de hormigón o madera. En muchos países europeos siguen trabajando casi exclusivamente con vigas de madera.

Con el desarrollo de las técnicas de hormigón armado se ha pasado de pensar en la viga como un elemento estructural aislado a ver en este elemento uno más de un conjunto el cual forma la globalidad del forjado o pavimento.

No vamos a entrar en el mágico mundo de los cálculos de estructuras porque no es la finalidad de este blog. Esto lo dejaremos para los técnicos.

Todo este peso que se forma al construir el pavimento va encima de los muros de carga y estos, noblemente, los soportan.

Los muros de carga son sagrados para el constructor amateur. Solo derribaremos un muro de carga bajo el consentimiento y vigilancia de un profesional. Para derribar un muro de carga antes debemos apuntalar por los dos lados, si es un muro que sirve de separación o por un lado si es un muro exterior.

martes, 15 de febrero de 2011

Creando espacios, añadiendo vida


  Cuando construimos una nueva pared o tabique de separación, estamos añadiendo al espacio global un subespacio que dará forma a una nueva experiencia vital en familia. Un espacio para la vida en grupo, un espacio para pensar, para estudiar, para escuchar música, etc.
Es muy importante la existencia de ese nuevo espacio y por ello vamos a ponernos manos a la obra rápidamente.
Como ya or he comentado en otros artículos, la etapa más importante ahora es el replanteo. No os podéis equivocar. Tenéis herramientas precisas, aunque un poco rudimentarias, pero muy precisas, ¡usadlas!

Una vez replanteado, hay que “sacar niveles”. Esto es anivelar un punto en el extremo longitudinal de la pared con respecto al otro extremo. Esto se hace así para llevar todas las hiladas completamente a nivel. Esta es la única manera de trabajar, hay gente que trabaja de otras formar, pero eso no son maneras.

Siempre, siempre, las paredes se anivelan desde abajo. No vale ir subiendo la pared como se me antoja y luego anivelar donde puedo. Aquí se ve la profesionalidad del ejecutor. Enseguida se capta la experiencia echando una mirada a la forma de anivelar la pared.

¡Otra vez!, Siempre anivelad desde abajo. Os evitareis muchos problemas, ahorrareis material, la pared lucirá mucho más, el trabajo quedará finamente hecho y llegaréis al techo sin novedad y con un control total, ¡Bien¡


Las formas de anivelar pueden ser variadas- Últimamente, los profesionales utilizamos el láser, pero desde hace poco. No vale la pena que invirtáis dinero en un láser, ya que los buenos son caros y los baratos no merecen la pena.

Podéis anivelar como toda la vida se ha hecho, con la goma de niveles. Esto es un tubo largo, de unos 15, 20 ó 30 metros de longitud y una sección interior de unos 0,5 cm, vulgarmente llamado “manguera de niveles”.

Este tubo se llena de agua y se hace así:

Se coge un cubo lleno de agua y se levanta del suelo, se coge un extremo del tubo y se introduce dentro del cubo lleno de agua, el otro extremo se deja en el suelo. Se aspira por el extremo del suelo para que el agua coja la inercia de bajar. ¡ya está¡, el agua baja rápidamente por gravedad y va saliendo por el extremo inferior.

Cuando veáis que ya no salen burbujas por la parte inferior, taponad la superior y la inferior y colocad los dos extremos al mismo nivel. ¡ya lo tenéis¡. La mejor y más precisa herramienta jamás creada.

Sabed que los romanos ya la utilizaban y que culturas anteriores ya sabían utilizar la técnica de los vasos comunicantes para anivelar grandes superficies por inundación.

Con la goma de niveles a punto, podéis pedir ayuda a alguien para marcar los niveles o hacerlo solo. Esto es más complicado pero no imposible. Yo he marcado solo muchas veces y no ha habido ningún problema. Solo tenéis que tener la precaución de ir apuntando las sucesivas diferencias de nivel que vais teniendo.

Si os ayuda un amigo o vuestra pareja, solo tenéis que mantener los dos extremos de la manguera a un nivel aproximado, pues el nivel exacto os lo dá el agua que hay dentro. Marcad en el regle de un extremo de la futura pared y luego en el regle del otro extremo de la pared. Ese será vuestro nivel guía. A partir de este nivel tenéis que marcar todas las hiladas.  Calculad lo que levanta el tocho o Mahón del suelo más el mortero y la cantidad de hiladas que lleváis a la vez. 

Al principio no seáis muy atrevidos y procurad llevar una hilada a la vez o máximo dos. Cuando ya tengáis más experiencia podéis llevar tres hiladas a la vez o en casos de mucha experiencia llevar cuatro. He visto solo a una persona que llevaba cuatro con soltura y exactitud.

En tabiques de Mahón o supermahón llevar una hilada a la vez. Como el Mahón hace 20 cm de altura, tenéis que marcar 21 o 21,5 para el grueso del mortero.

En paredes de tocho hueco o tochana podéis marcar 15 de alto, esto es 13,5 del tocho más 1,5 del mortero. Si la tochana esta plana, calculad 10 cm. Si utilizáis Gero, calculad 10,5 cm. Normalmente en una pared de Gero un albañil marca hiladas a 31,5 cm, esto es llevando tres hiladas a la vez, que es lo normar para un profesional.

Bloque de hormigón, calculad 20,5 aproximadamente. Todas estas medidas van a variar un poco dependiendo de en que parte de España viváis, pués las medidas varian bastante de un sitio a otro.
Con el material en la mano, calculad 1 cm o 1,5 cm de mortero mas el grueso del material.
Si en la parte de abajo cabe mucho mortero, dedicad un poco de tiempo a anivelar de una pasada con mortero antes de empezar con las hiladas. Los regles bien aplomados y en la línea de azulete que hemos marcado al replantear y el cordel bien tensado.

El cordel no hace falta que lo anudéis con veinte vueltas. Simplemente con dos vueltas en  que la primera se superpone encima de la segunda hay suficiente. Pensad que luego hay que deshacer los nudos para sacar el cordel.

Entre el tocho qué vais poniendo y el cordel tiene que haber una pequeña franquicia, para que NUNCA toque el tocho al cordel. Esto os haría llevar una falsa línea, además de un falso plomo.
No es difícil, pero si requiere un poco de paciencia al empezar. Que no os moleste tomar las medidas varias veces.

En una nueva entrada voy a explicar para los que no lo saben la manera de aplomar bien un regle.

Es muy difícil mostrar con palabras lo importante que es trabajar bien. Si tenéis alguna duda no os importe de comentarlo. Ya veréis como todo saldrá bien. Paciencia y cariño para trabajar bien.